¿Qué es la Integración sensorial?
Pablo siente mucho miedo en las actividades que requieren movimiento como subir y bajar escaleras. En el parque no sube toboganes ni columpios. Se marea con frecuencia en el transporte público. A la hora de comer en la trona o al sentarse en la taza del baño tiembla si no le llegan los pies al suelo.

Jaime se siente agobiado en las fiestas. Evita lugares con mucha aglomeración de gente como cumpleaños y centros comerciales. Se disgusta a la hora de vestirse, lavarse los dientes y se pone muy nervioso en la peluquería. Parece irascible y presenta cambios de humor de golpe. No para de moverse de forma constante y sólo como determinados alimentos.
Carlos puede estar muy inquieto o relajado por momentos. Se pasa el día cogiendo objetos para lanzarlos por el aire o, a veces, por la ventana. No le gusta llevar zapatos, ni calcetines y le molesta tener la chaqueta en el respaldo del asiento. Le encanta dar abrazos fuertes y balancearse en la silla. Busca sitios altos donde subirse. En ocasiones sale corriendo de golpe en la calle sin ser consciente del peligro que pueda haber. Le gusta escuchar música muy alta.
Toda conducta tiene un “porqué”. Podemos por ejemplo no querer comer por que tenemos una caries, o caminar más despacio porque tenemos un esguince. Pero hay problemas que no son tan visibles y que influyen de forma directa en la forma en que aprendemos y en las conductas que realizamos. Por ejemplo, cuando hay dificultades en la integración sensorial.
Pero: ¿Qué es la integración sensorial?
Es un proceso neurobiológico, en el que el sistema nervioso central (SNC) interpreta y organiza las informaciones captadas por los diferentes órganos sensoriales del cuerpo, para poder responder de forma adecuada al ambiente que nos rodea.
Las fases de este proceso son:
- En el registro el SNC capta la información sensorial, permitiéndonos observar y atender a los estímulos que nos rodean. Por ejemplo: percibir un olor, el sonido de un pájaro…
- La modulación permite al SNC regular las respuestas conductuales, filtrando la información sensorial que ha detectado, dejando a un lado los estímulos no relevantes y centrándose en los relevantes. Influye en el nivel de alerta/activación. Por ejemplo: si estamos viendo un documental con música tranquila y una voz monótona seguramente estaremos relajados o, incluso, nos podemos dormir. Si de repente suena una alarma nos activaremos de golpe.
- A través de la discriminación podemos interpretar las diferentes cualidades perceptuales de los objetos. De tal forma, que, por ejemplo, podemos encontrar las llaves de casa palpando con la mano dentro del bolso o la mochila sin necesidad de usar la vista (a través del tacto discriminamos la forma de la llave, su temperatura, su tamaño, etc.).
- Tras estos tres primeros procesos en los que hemos registrado, modulado y discriminado un estímulo sensorial, respondemos a ellos. La respuesta es lo que hacemos, la conducta que llevamos a cabo. Puede ser de lucha, huida, evitación o adaptación. Con el ejemplo de la alarma, al escucharla, podríamos luchar cogiendo el móvil y tirándolo al suelo, huir si salimos corriendo de la conferencia, evitarla tapándonos los oídos o adaptarnos a ella (si resulta que es una alarma que suena cada 5 minutos llegará un momento que casi ni la escuchemos).

De este modo, nuestro Sistema Nervioso procesa todas estas sensaciones, siendo la base para el desarrollo de destrezas motoras y cognitivas.

Basándose en este proceso neurobiológico, en los años 60 A. Jean Ayres (Terapeuta Ocupacional y Neurocientífica), desarrolló un marco teórico-clínico de intervención a través de la integración sensorial, explicando la relación existente entre el procesamiento sensorial y el comportamiento humano.
Gracias a esto, sabemos que la manera en que percibimos el mundo afecta de forma directa a nuestras capacidades y habilidades para la realización del desempeño de nuestras ocupaciones (vestirse, aprender, moverse, jugar, aprendizaje académico, participación social…)
“La integración sensorial es la organización de las sensaciones del Sistema Nervioso Central y su utilización en la vida diaria” Ayres, 1972.
Marga Gómez (terapeuta ocupacional, con formación en TEA e integración sensorial)